Ayudar a cambiar
Nos ocurre constantemente. Vemos con claridad que una persona necesita cambiar algunos aspectos de su vida, y no sabemos cómo ayudarle o por dónde empezar. Puede ir desde estimular a que esa persona se ayude más a sí misma, que un hijo se comporte mejor o que alguien abandone el consumo abusivo de alcohol.
Aunque tampoco debemos llevarnos a engaño, hacer que otra persona cambie es muy complicado, especialmente si no quiere hacerlo o no es consciente de su problema. La cuestión indirecta sería pues, cómo animar a una persona a cambiar. Aquí van algunos cuestiones que siempre deben tenerse en cuenta para ello:
- No es el momento de juzgar. Uno de los errores más habituales que cometemos las personas cuando queremos ayudar a cambiar, es querer imponer nuestras razones con argumentos lógicos, casi siempre marcados por un juicio crítico. La clave es no juzgar, especialmente porque cuando una persona siente que está siendo juzgada no se siente demasiado cómoda y, por tanto, se colocará a la defensiva. Y así, será imposible crear una conversación provechosa. A eso se suma, que cuando existe un problema, casi con seguridad el otro también lo conoce pero se niega a aceptarlo emocionalmente. Por ello, los argumentos de tipo lógico casi siempre son de poca ayuda. Es mucho más práctico apelar a razones de carácter emocional, manteniendo una actitud comprensiva y no crítica.
- Genera apertura al cambio. Las personas preferimos quedarnos en ese espacio de seguridad en el cual podemos (o creemos que podemos) controlarlo todo. Esa persona que queremos ayudar a cambiar probablemente ha pasado años comportándose de ese mismo modo, por lo que será resistente al cambio. Es importante hacerle comprender que el cambio es necesario y que le aportará importantes beneficios. Combinándolo todo ello con sensación de seguridad y brindando el máximo apoyo.
- Aumenta su autoconciencia. Muchas veces las personas actúan cómo lo hacen simplemente porque están acostumbradas a hacerlo así. Por ello, será importante ayudarles a descubrir y anticipar cuáles son los factores que crean y mantienen su comportamiento. Es decir, será decisivo no atacar su persona sino desarrollar los factores que inciden en el modo en que se desenvuelve. Existe una gran diferencia entre ambos maneras de enfocarlo y en muchas ocasiones puede ser la llave para un cambio real.
- Ofrece apoyo y compromiso. Cuando intentamos ayudar a cambiar a una persona, es porque esa persona nos importa. Por tanto, comprometernos con ese cambio es fundamental. Suele darse el caso, por ejemplo, de que muchas personas recriminan a sus parejas sus comportamientos negativos y después les colocan en una situación de ultimátum del tipo o dejas de.... o hemos terminado. De este modo, lo único que conseguimos es transmitirle la sensación de que le dejamos abandonado a su suerte. La otra persona necesita a alguien que le ayude a cambiar y que recorra a su lado el camino de ese cambio, no un juez de sus actos.