Hábitos saludables para empezar bien el día
Estamos hechos de costumbres. Hábitos que dan forma poco a poco a nuestra vida. De algunos de ellos no nos damos apenas cuenta, son automáticos. En ocasiones se trata de hábitos que disminuyen nuestra productividad o incluso empeoran nuestro estado de ánimo. Por eso, quizá, de cuando en cuando, es necesario valorar nuestros hábitos más cotidianos.
La mañana es probablemente uno de esos momentos. Comenzar bien el día puede ser la clave para disfrutar y aumentar nuestra productividad en las siguientes horas. De hecho, la forma en que te levantas por la mañana puede influir decisivamente durante el resto del día, modificar tu determinación y, por supuesto, tu ánimo. Veamos cómo mejorar todo ello:
- Plantea el día en positivo. Si nada más despertar, ya comienzas a pensar en todo lo que debes realizar, lo más probable es que te sientas mal y te entren ganas de quedarte en la cama. En cambio, puedes concentrarte en las actividades que te resultan más gratificantes. Y también puedes, mientras te diriges al trabajo, seleccionar las tres tareas más importantes de las próximas horas, probablemente te ayudará a mantenerte focalizado y aumentará tu productividad sin demasiado estrés.
- Comienza con un desayuno saludable. Habitualmente no solemos dar mucha importancia al desayuno, pero lo cierto (y la medicina no deja de repetirlo) es que esta es la comida más importante del día. Lo esencial es elegir alimentos saludables que ofrezcan la energía necesaria pero que no ralentices tu metabolismo (más sus consiguientes efectos positivos en tu cerebro). Existen numerosas investigaciones que han venido demostrado que el consumo de productos ricos en grasas y azúcares propician con más facilidad la depresión, más, por ejemplo, que los alimentos ricos en triptófano y ácidos graso Omega-3, que estimulan un estado de ánimo más positivo.
- Relájate y disfruta. La mayor parte de personas comienza el día a toda prisa. Desayunar sin apenas tiempo y salir corriendo hacia clase o el trabajo es la dinámica habitual para muchos. Probablemente, el peor modo posible de comenzar el día. Al despertar, tanto nuestro cuerpo como nuestro cerebro, necesitan algo de tiempo antes de poder funcionar a máxima capacidad. Lo mejor, levantarse algo más temprano y dejar que esos primeros minutos transcurran con calma. Quizá es un hábito muy instalado en tu vida, pero recuerda que correr a primera hora de la mañana es la mejor forma de generar estrés. Hacer deporte, en cambio, puede ser una rutina muy saludable.
- Puedes comenzar con la tarea más compleja. Casi todos nosotros, somos más eficaces durante las primeras horas del día, porque a medida que transcurre el tiempo la productividad se va ralentizando enormemente. Por tanto, un buen método de trabajo puede ser comenzar con la tarea más compleja (o la que te resulte más desagradable). De este modo, conseguirás acabar más rápido, te sentirás más productivo y muy probablemente de mejor humor durante el resto del día.