La crisis ha llegado al sexo
El sexo es una forma de comunicación íntima, profunda y esclarecedora entre personas. De hecho, y no podía ser de otro modo, factores externos afectan decisivamente a esas mismas relaciones sexuales. En un primer momento de esta crisis económica, los juguetes sexuales y similares aumentaron significativamente su venta. ¿Por qué? Muy sencillo, en un primer instante de esta insufrible (y prolongadísima) recesión, la mayoría tendió a quedarse en casa y reencontrase con su pareja en la cama. Eso fue en un primer momento, ya digo, el ahorro parecía una solución temporal a los problemas. Ocurrió más o menos como con el famoso apagón de Nueva York de 1965 que duró varios días y dejó tras de sí una importante ola de embarazos (efectos muy similares también han sucedido con huracanes, nevadas o parones similares).
Pero, ya digo, eso fue en una primera etapa. Los despidos, la ansiedad, el estrés y mil males asociados a una crisis económica sin fin también han hecho mella en la intimidad de las relaciones. Algunos estudios más recientes señalan que 4 de cada 10 parejas ya están sufriendo problemas en este sentido. Es más, algunas investigaciones indican que la vida sexual de los países económicamente más inestables se ve más afectada. Es lógico si uno se detiene a pensarlo, y confirma lo que los sexólogos y psicólogos podemos observar en las consultas, que los conflictos repercuten en el deseo y en el estado de ánimo, llegando a afectar a la frecuencia y calidad de las relaciones personales y sexuales. Incluso con decisivas implicaciones en aspectos puramente orgánicos como la erección masculina. En congresos de Urología recientes ya se ha detectado un importante descenso de la edad media de los pacientes que presentan problemas de erección. El alcohol, el estrés y otros factores también poseen un efecto clave sobre este factor de satisfacción en las relaciones sexuales.
De hecho, un 82% de personas señalan sufrir más molestias físicas ahora que antes de tener dificultades económicas. En todo caso, y es importante tenerlo en cuenta, el encuentro sexual no debe entenderse nunca como un "examen" o una "prueba que hay que pasar", lo que más que ayudar, acentúa la problemática. La ansiedad o la preocupación son malos aliados en la intimidad de las parejas. Disfrutar del sexo también depende pues (y mucho) de nuestro entorno, nuestras preocupaciones y cómo estamos encajando una situación tan compleja como esta crisis económica.